La
del director
Queridos amigos que nos siguen desde esta página web de Galván Street, quiero aprovechar para presentarles a la nueva comunidad del Postnoviciado Salesiano Miguel Rua de este año formativo 2012-13. Ellos son: del tercer y último año: Juan Luis Bencosme, de Moca; Silverio Sánchez, de Moca; Mario Luis Minaya, de Santo Domingo; Moíses Encarnación, de Santo Domingo; Isidro Ramírez, de Jarabacoa. De segundo año: Maikel Gómez, de Cuba; Hairol Mateo, de Santo Domingo y Sandy Domínguez, de Jarabacoa. De primero: Alberto Liriano. Como pueden ver, de primero sólo hay un solo postnovicio.
El equipo formador está compuesto por: P. Juan Suriel, director; P. Jesús María Tejada, vicario y Hno. Rafael Payano, administrador.
Le hemos dado ya la cordial bienvenida a Alberto Liriano y P. Jesús María Tejada, que son los recién llegados. Por otra parte tenemos el gusto de expresarles que
SOMOS UNA COMUNIDAD DE HERMANOS CONSAGRADOS CON VOTOS TEMPORALES (POSTNOVICIOS) Y PERPETUOS (FORMADORES), DE LA INSPECTORIA SALESIANA DE LAS ANTILLAS, QUE BUSCAMOS MADURAR EN LA IDENTIDAD PERSONAL, EN LA FE, EN LA VOCACIÓN A LA VIDA CONSAGRADA, EN LA COMPETENCIA INTELECTUAL-CULTURAL, PROFESIONAL Y EN LA PROGRESIVA PARTICIPACIÓN DE LA MISIÓN SALESIANA.
Esta es nuestra MISIÓN, a la que siempre tenemos que mirar y al mismo tiempo:
QUEREMOS SER RECONOCIDOS COMO UNA COMUNIDAD DE JOVENES RELIGIOSOS SALESIANOS, IDENTIFICADA CON LOS VALORES DEL REINO DE DIOS, SIENDO TESTIMONIO DEL CARISMA DE SAN JUAN BOSCO ENTRE LOS JOVENES Y AQUIRIENDO CADA VEZ MAS LA GRACIA DE UNIDAD QUE NOS VA IDENTIFICANDO COMO EDUCADORES PASTORES.
Esta es nuestra VISION, por la que queremos ser apreciados.
Esperamos que como amigos y Familia Salesiana podamos estrechar nuestros lazos de unión, contando siempre con su apoyo y oración: “rogad, pues, al dueño de la mies, que envíe operarios a su mies”. Ánimo y adelante siempre. Buen inicio!
Muy cordialmente:
P. Juan Antonio Suriel
Seguir a Jesucristo
En el Evangelio de hoy (San Juan 6, 60-69), se nos narra cómo muchos de los discípulos que seguían a Jesús deciden dejarlo y no continuar con él debido a la forma dura de él hablar y referirse a las diferentes situaciones.
Esa actitud de los discípulos no era nueva en el comportamiento del pueblo judío ya que desde el Antiguo Testamento, tras Yahvé haberlos liberado de la esclavitud egipcia muchos decidieron criticarlo y acusarlo, alegando que mejor hubiese sido que los dejaran como esclavos, pero luego de Yahvé haber tenido misericordia de ellos, volvieron a creer en él, reconociéndole y aceptándolo como su único Dios.
Muchas veces nosotros, al igual que los primeros discípulos de Jesús, hemos pensado que ser cristiano es llevar una vida de alegría y felicidad sin la presencia de ningún tipo de problemas o malos momentos, o sea, “ser un cristiano light”, y ¡qué errados estamos!, pues seguir a Cristo implica seguirlo con nuestras cruces de cada día, aceptando y amando su voluntad, ya que sus planes son perfectos.
Recuerdo una vez haber cuestionado al Señor debido a la muerte a destiempo de un gran amigo, quien apenas tenía 27 años de edad, pero meses más tarde asistí a mi cursillo de cristiandad y tuve la suerte de encontrarme muy íntimamente con Jesús, ese amigo que nunca falla y en el mismo aprendí las herramientas para poder conocerlo, también para conocerme a mí mismo y a mis hermanos, y desde ahí he aprendido que cuento con Jesús en mi vida, quien me fortalece y consuela como jamás nadie puede ni podrá hacerlo.
Este seguimiento a Jesús me ha ayudado a sobrellevar algunos de los acontecimientos más difíciles de mi vida, como fueron los problemas de salud de mi padre, la muerte de mi primer hijo a las 12 horas de nacido y más recientemente el período de agonía y muerte de mi padre, ya que en estos he sentido su presencia, enseñándome a aceptar y a amar su voluntad.
Por eso le doy gracias a Dios, por haberme ayudado a cambiar y por tenerlo a él siempre como centro de mi vida, y con la plena confianza de que así como me hizo cambiar también a muchos hermanos les hará cambiar, con la finalidad de poder lograr un mundo mejor y que esté más acorde con su plan de salvación.
¡Dios les bendiga!