Lectura Espiritual


Qué significa "ma li walak"?

“Ya yo estaba desmoralizado. Un maldito vicio me tenía dominado. Había tratado por todos los medios y todo me había fallado. Me sentía un fracasado, un enfermo, un estúpido.” “Entonces hice algo que no ha había intentado antes: le pedí a la Virgen que me ayudara”.

“Poco tiempo después, había logrado dominar el vicio. Han pasado ya 15 años, y me siento mejor que nunca. Creo que si no le hubiera pedido ayuda, habría muerto ya”.
La persona que me contó esto no había sido nunca devota de la Virgen. Es una persona como usted y yo, con problemas como los suyos y los míos, y sin ninguna experiencia previa de oración especial.
Podría decirse que lo único extraordinario en el caso de esta persona, es que supo a quién acudir cuando ya no podía más.
En el evangelio de hoy aparece una intervención de ella en un matrimonio.

Ella se dio cuenta de un problema que tenían los esposos, se lo dijo al Señor, su Hijo, y el Señor resolvió el problema haciendo un milagro.
Fue el primer milagro que Él hizo, y fue un milagro raro: El Señor convirtió 600 litros de agua en 600 litros de vino de primera.
Y digo que fue un milagro raro porque no fue hecho para aliviar un dolor, sino para que siguiera la fiesta, para impedir que la alegría se terminara.
Ese es el Señor auténtico. Un Dios de fiesta, no de luto. De alegría, no de tristeza. De vida, no de muerte Y esa es la madre auténtica. Madre que quiere ver a sus hijos alegres y felices.
Dichosos usted y yo, si hoy mismo, pensado en cualquier problema o proyecto que tengamos, acudimos a ella confiada y alegremente, sabiendo que esa no falla.

La pregunta de hoy
¿Qué significa “ma li walak?


En el evangelio de hoy la Virgen informa humildemente a su Hijo del apuro de los novios. Ni siguiera le pide nada. Según estudios hechos por exegetas, es la respuesta que le da el Señor y corresponde al hebreo “¿ma li walak?”, una frase que se usa como expresión de sorpresa ante una petición recatada de una persona querida, significando que uno está en la mejor disposición de complacerla. (“Biblia comentada” por profesores de Salamanca, BAC, página 1005)

Y el Señor añade, para mejor claridad, que “aun no ha llegado mi hora”, refiriéndose a la hora de su pasión y muerte, “hora” durante la cual no podría (o voluntariamente aceptaría no poder) hacer ningún milagro. “¿Ma li walak?” responde Jesús a su madre queriendo decir “¿Qué quieres que haga? ¡Estoy a tu disposición!”. (Ver Juan 7, 30: 9, 20, Juan 13, 1; 7, 6-8; 12,27; Marcos 14,41; Lucas 22, 14 y Juan 17, 1; y 12, 24-36). La Virgen entiende perfectamente su respuesta, y es por eso que dice a los sirvientes: “hagan lo que él les diga”
La Virgen no hace milagros, es el Señor quien los hace, si quiere.
Recuerde el ejemplo inicial. Un hombre acude a la Virgen frente a un problema. Ella se lo informa al Señor, su Hijo. El Señor le responde “¿Ma li walak?” ó “¿Qué quieres que haga?, estoy dispuesto a ayudarlo”. Entonces la Virgen dice al hombre: “Haz lo que El te diga”. Y al poco tiempo su problema queda resuelto.
¿Podríamos usted y yo imitar a ese hombre?

por Luis Garcia Dubus

FUENTE: http://www.listindiario.com/religionsenderos/2013/1/19/262798/Que-significa-ma-li-walak


Mensaje de su Santidad
Benedicto XVI

EDUCAR A LOS JÓVENES 

EN LA JUSTICIA Y LA PAZ


El comienzo de un Año nuevo, don de Dios a la humanidad, es una invitación a desear a todos, con mucha confianza y afecto, que este tiempo que tenemos por delante esté marcado por la justicia y la paz.

¿Con qué actitud debemos mirar el nuevo año? En el salmo 130 encontramos una imagen muy bella. El salmista dice que el hombre de fe aguarda al Señor «más que el centinela la aurora» (v. 6), lo aguarda con una sólida esperanza, porque sabe que traerá luz, misericordia, salvación. Esta espera nace de la experiencia del pueblo elegido, el cual reconoce que Dios lo ha educado para mirar el mundo en su verdad y a no dejarse abatir por las tribulaciones. Os invito a abrir el año 2012 con dicha actitud de confianza. Es verdad que en el año que termina ha aumentado el sentimiento de frustración por la crisis que agobia a la sociedad, al mundo del trabajo y la economía; una crisis cuyas raíces son sobre todo culturales y antropológicas. Parece como si un manto de oscuridad hubiera descendido sobre nuestro tiempo y no dejara ver con claridad la luz del día.

En esta oscuridad, sin embargo, el corazón del hombre no cesa de esperar la aurora de la que habla el salmista. Se percibe de manera especialmente viva y visible en los jóvenes, y por esa razón me dirijo a ellos teniendo en cuenta la aportación que pueden y deben ofrecer a la sociedad. Así pues, quisiera presentar el Mensaje para la XLV Jornada Mundial de la Paz en una perspectiva educativa: «Educar a los jóvenes en la justicia y la paz», convencido de que ellos, con su entusiasmo y su impulso hacia los ideales, pueden ofrecer al mundo una nueva esperanza. 
Para ver la otra parte del mensaje que no hemos incluido en esta publicaciòn, visita: 
http://www.vatican.va/holy_father/benedict_xvi/messages/peace/documents/hf_ben-xvi_mes_20111208_xlv-world-day-peace_sp.html



El Señor se ha fijado en usted

Recientemente leí en el periódico la noticia de una señora que se sacó un premio de 20 millones de dólares. “¡Qué dichosa...!”, exclamamos todos los que oímos la noticia.

Pues el evangelio de este domingo (Lucas 1, 39-45) nos presenta la noticia de una mujer mucho más dichosa y mucho más rica que aquella. Primero porque aquella, cuando muera, no se va a poder llevar su riqueza, y ésta sí la llevó; y segundo porque la riqueza de ésta vale mucho, pero mucho más que 20 millones de lo que sea.

El nombre de esta mujer dichosa como ninguna es María. Nosotros en la República Dominicana la llamamos Virgen de la Altagracia, y la Virgen de las Mercedes. En otras partes del mundo le llaman Virgen de Guadalupe, del Carmen, de Lourdes, del Cobre, etc., etc. Pero es la misma.

La misma humilde jovencita de Nazaret, que un día se atrevió a decir SÍ a Dios. Y ese SÍ valiente y confiado fue el secreto de su dicha.

María es dichosa por haber creído, por haber decidido confiar, es decir, porque ha permitido que el Espíritu de Dios se adueñe de su vida y la fecunde.

Y ella es un modelo perfecto, porque siendo sólo un simple ser humano, tal como usted y como yo, se dejó amar hasta el fondo.

Pero ella no es tanto un ejemplo de lo que yo puedo llegar a ser, cuanto de lo bueno que puede ser Dios conmigo, no importando lo pequeño e incapaz que yo sea.

“El que todo lo puede ha hecho en mí grandes cosas”, afirmó ella llena de alegría. (Lucas 1, 49)

Yo creo que, si usted está leyendo esto en este momento, es que también en usted quiere Dios hacer grandes cosas para hacerlo mucho más dichoso y feliz que ahora. Y darle más libertad, más seguridad y más alegría, sean cuales sean sus circunstancias exteriores.

El Señor se ha fijado en usted (Lucas 1, 48) y esa es la razón por la que usted está leyendo este mensaje de amor a su persona. De eso estoy absolutamente seguro.

María es el ejemplo máximo de esta realidad. Por eso “la proclamamos dichosa todas las generaciones”. (Lucas 1, 48)



La pregunta de hoy
¿Por qué, si María es tan humilde, dice tantas cosas buenas acerca de ella?
Si nos fijamos bien en sus palabras, veremos que María no dice lo buena que es ella, dice lo bueno que es Dios. No dice que ella es maravillosa, dice que Dios ha hecho maravillas en ella.

Ante la alabanza del ángel y luego de su prima Isabel, ella no se envanece. Por el contrario, responde “proclamando la grandeza del Señor”, y no la suya. Y expresa su admiración y su asombro de que siendo Dios tan grande, se haya fijado en ella, “su humilde esclava.”

Lo grande de María, es lo pequeña que se sabe ante Dios. Ella no se endiosa, no la endiosemos nosotros. Pero sí estemos conscientes de que la madre espiritual de la República Dominicana es la mujer más dichosa y más rica que existe, y que ella puede y quiere ayudarnos.

Luis Garcia Dubus


FUENTE:http://www.listindiario.com/religionsenderos/2012/12/22/259699/El-Senor-se-ha-fijado-en-usted





¿Qué es un “canchanchan” para ti? 



Es aquel que te da una lección al decirte “está bueno que te pasara” pero no retira su mirada curativa de ti luego de haber removido la llaga. 

Es aquel que cuando tú le hablas mal su perdón es más grande que el dolor que le hayas causado por lo que le has dicho. 

Es aquel que te hace sentir mal con la verdad y no con una crítica, que sabe ayudarte sin cobrarte encarecidamente el tiempo invertido. 
Es aquel que aunque conozca cosas malas que has hecho en el pasado te valora por lo que eres en el presente y te ayuda a formarte para el futuro. 
Es aquel que dedica tiempo a escucharte y entenderte aunque esté ocupado y disponible para otras cuestiones. 

Es aquel que está a tu lado para indicarte el camino que debes seguir, que te da señales y te impulsa a continuarlo. 
Es aquel que te consiente pequeños detalles pero no te mal acostumbra, que relaja contigo respetando tus límites, es aquel que se enfurece contigo para transmitirte una enseñanza con gesto de perdón. 
Es aquel que a veces no está de acuerdo con tu parecer o está en tu contra pero para fortalecer tu independencia, que discute contigo respetando y escuchando tus puntos de vista. 
Es aquel que te acompaña en tu crecimiento personal y espiritual, en las buenas y en las malas. 

Es aquel que te tiene paciencia aunque no te soporte en ciertas circunstancias; que sabe comprenderte aunque te muestres terco. 
Es aquel que te tiene confianza porque tú te la has ganado y no porque le has forzado a tenerla. 
Es aquel que con un “yo te lo dije” te recuerda los consejos que te dio y que tú no tomaste en cuenta. 

Es aquel que sabe estar contigo en el silencio, que te acompaña en el diálogo con Dios, que a veces te habla con su mirada, se ríe de ti sin ofenderte, que cuida de ti sin sobreprotegerte. 

Es aquel que te llama “enano” cariñosamente sin olvidar lo grande que eres.




Hoy… Viviré En La Certeza de lo que se EsperaCuantas veces he mal entendido lo que es realmente la fe. He pensado en la fe como algo que yo mismo produzco por mi esfuerzo, cuando en realidad la Biblia dice que la fe viene de Dios. Es él quien siembra la fe en mi corazón y luego de sembrar esa fe, la circunstancia se presenta como el terreno apropiado para que germine la potencialidad de Dios es todo su esplendor. Necesito entender este principio para vivir en la certeza de lo que se espera.

Si yo tengo un hijo enfermo, yo no se nada de medicina, pero lo que hago es llamar al doctor y poner la vida de mi hijo en las manos de ese Doctor. Cuando lo llevo al Doctor hay en mi una seguridad de que el médico tiene el suficiente conocimiento para manejar ese problema y no voy a interferir en ese trabajo, solo me siento a esperar y tengo la certeza de que sus conocimientos arrojarán luz sobre ese problema. Pues , con mucha más razón debo manejar las cosas espirituales con certeza sabiendo que el Creador tiene toda la sabiduría necesaria para resolver los más grandes conflictos de la vida.


La certeza que viene de la fe que Dios da, viene al entender que Dios realmente es el creador de todo y que nada escapa de su mano. Su poder es sin igual y grande. Hoy debo confiar en Dios en el tiempo de la turbación y de la tempestad. Necesito confiar con él con toda mi alma hasta el último día de mi vida y dejar que la certeza germine hacía lo que se espera. El Señor es el Dios de la esperanza y en él yo esperaré.


FUENTE: http://www.renuevodeplenitud.com/hoy-vivire-en-la-certeza-de-lo-que-se-espera.html






¿Tiene usted esperanza?

Marcos 13, 24-32 Estábamos en casa de Víctor celebrando su cumpleaños cuando él propuso una idea.

“Vamos a abrir la Biblia en cualquier sitio y a leer un párrafo a ver qué nos dice en este momento”. Lo complacimos, naturalmente, y el párrafo que salió fue este: “La dificultad produce firmeza; la firmeza, calidad; la calidad esperanza; y esa esperanza no defrauda, porque el amor que Dios nos tiene inunda nuestros corazones por el Espíritu Santo que nos ha dado”.
(Romanos 5, 3-5) Nos quedamos en silencio un ratito, tragándonos esta idea como una promesa y luego compartimos lo que nos había enseñado Dios con estas palabras.

Le aseguro que a pesar de los años transcurridos nunca he olvidado este pequeño párrafo, y cada vez que me viene alguna dificultad, lo recito de memoria en mi mente, y me vuelve a confortar.
Siempre he entendido que tener esperanza es confiar en que algún día sucederá lo que deseamos, pero muy recientemente me he encontrado con otro enfoque que ha redefinido y ensanchado mi esperanza, y espero que a usted le sea de gran utilidad conocerlo.

Dice T. Keating, un sabio actual, lo siguiente: “El sentimiento de la esperanza es espontáneo, y es la reacción automática a un bien que es posible, pero que aún no se ha alcanzado”.

Y ahora viene lo bueno: “Pero la virtud teologal no es esa clase de esperanza. No es acerca del futuro para nada. Tampoco es acerca del pasado. Es más bien la aceptación de la infinita misericordia de Dios ahora. Así que esta misericordia no está basada en nada que hayamos hecho o dejado de hacer, sino es simplemente parte de la gracia gratuita, en la cual Dios está dispuesto a olvidar todo el pasado, y preferiría que le confiásemos enteramente el futuro a Él, y que no pensáramos acerca de esto. Así que es un movimiento hacia el interior del momento presente. No se basa en cuán bueno o malo has sido, sino dónde te encuentras ahora.
Esto es tremendamente liberador de toda la carga del pasado… nuestras virtudes no significan nada y nuestros pecados ya no significan nada. Estamos completamente presentes en el momento presente, no importa lo que Dios quiere que este sea…”.

“Así que nos invita a que nos olvidemos del yo” Excúseme si este párrafo le ha resultado muy largo, pero creo que encierra una sabiduría tremenda, y una revelación de quién es verdaderamente Dios, que de ninguna manera es un ser amenazador, sino, al contrario, es la infinita misericordia .

La pregunta de hoy Deme un ejemplo de la virtud de la esperanza.

Teresa Martín, una simple jovencita que murió a los 24 años, es una de las cuatro mujeres nombradas Doctora de la Iglesia en toda la historia, por la sabiduría que Dios le concedió. He aquí dos ideas que Dios le revelo: “La vida del alma consiste en el abandono, y no en la conquista”.

Y esta otra: “Despega tu corazón de las preocupaciones de la tierra, y luego ten la seguridad de que Jesús hará todo lo demás”.//////Sta. Teresita de Lisieux./////////

Luis García Dubus
Santo Domingo


Fuente: http://www.listindiario.com/religionsenderos/2012/11/17/255539/Tiene-usted-esperanza








Jugando a ser Dios






Cuando las cosas no nos resultan se produce: enojo-depresión-rabia-angustia- miedo. La diferencia entre lo real y el ideal que tenemos en nuestra mente nos aturde. El hecho de que no ocurra como queremos nos lleva a crear el drama y a sentirnos indefensos. Cuando nos hacemos conscientes de esta realidad nos encontramos ante una elección. Podemos actuar como niños y dar pataletas, en el caso de los adultos el niño que hay en nosotros responderá mal, se tornará agresivo, mostrará cara de disgusto, depresión, estrés… Puedo exigir que solo yo tengo la razón y que soy la que sabe cómo deben ser las cosas o puedo rendirme ante la sabiduría infinita y concentrarme en que lo sucedido es otro escenario de la vida, con un propósito individual. Hay que vivir ciertas experiencias para aprender, crecer, aceptar o ignorar.

Aprender. Cuando aprendo despierto a quien yo soy, me doy cuenta de lo que soy capaz y me coloco ante la posibilidad de modificar mi conducta. Asumo responsabilidad por mis acciones, sigo mi camino o cambio el curso. No me culpo, ni me vuelvo víctima porque las cosas no salieron como yo las pensé. Así no funcionó para mí. Veo cómo no puedo volver a hacerlo. Abro una nueva puerta.

Crecer. Esta acción duele, porque provoca cambios en mi vida. Sufre el niño al pasar a la adolescencia y luego al convertirse en adulto.

Debo actuar sin la receta de otros, tomar mis propias decisiones y seguir el camino que yo elija. Si me decido por atajos tendré que verme con los gigantes del camino.

Aceptar. La oración de la serenidad dice: “Dios, concédeme la serenidad para aceptar las cosas que no puedo cambiar…”. No puedo cambiar a otros, ellos también tienen que pasar por este proceso de aprender a decidir. Debo ser respetuosa y saber que los demás tienen el mismo derecho que yo reclamo para que se me permita expresar mi opinión. Lo que terminó, terminó.
Me doy la oportunidad de aceptar las diferencias, respetar y amar la diversidad.

Ignorar. Nadie quiere que le digan ignorante. Todos nos preciamos de ser sabios. Es así como inicia la lección de vida con nuestras experiencias, sin conocer respuestas, sin saber qué hacer; por tanto, debemos dejarnos guiar por aquello que creemos superior a nosotros.

No se trata de asumir que no pasa nada, sino de aceptar que no sé la respuesta, y espero que se me revele.
Jugar a ser Dios cuando todo marcha según lo planeado es fácil, de lo contrario estamos en desacuerdo con la experiencia; y ésta, aunque no nos guste, es Dios, porque el nombre de Dios es Yo soy, no fui, ni seré cuando pase esto, es ahora en este instante. Juego a ser Dios cuando me preocupo en lugar de ocuparme.
Las situaciones que estamos viviendo tocan nuestra sensibilidad, pero lejos de llenarnos de miedo, debemos ocuparnos en cómo vamos a contribuir para que esto no siga.

Nos sorprende el pensamiento de impotencia superable sólo cuando nos damos cuenta que la omnipotencia es de Dios, no mía, que no agrego valor ni ayudo a Dios si sólo me preocupo. Nadie por si solo puede “salvar el mundo”, pero si cada uno trabaja consigo mismo y hace un cambio positivo en su vida podremos dar un gran salto. ¿Te animas?



El elefante

Cuando yo era chico, me encantaban los circos, y lo que mas me gustaba de los circos eran los animales. También a mí como a otros, después me enteré, me llamaba la atención el elefante.
Durante la función, la enorme bestia hacía despliegue de peso, tamaño y fuerza descomunal.. pero después de su actuación y hasta un rato antes de volver al escenario, el elefante quedaba sujeto solamente por una cadena que aprisionaba una de sus patas a una pequeña estaca clavada en el suelo.
Sin embargo, la estaca era sólo un minúsculo pedazo de madera apenas enterrado unos centímetros en la tierra. Y aunque la cadena era gruesa y poderosa me parecía obvio que este animal capaz de arrancar un árbol de cuajo con su propia fuerza, podría con facilidad, arrancar la estaca y huir.
El misterio es evidente: ¿Qué lo mantiene entonces? ¿Por qué no huye?
Cuando tenía cinco o seis años, yo todavía confiaba en la sabiduría de los grandes.
Pregunté entonces a algún maestro, a algún padre o a algún tio por el misterio del elefante. Alguno de ellos me explicó que el elefante no se escapaba porque estaba amaestrado.
Hice entonces la pregunta obvia: Si está amaestrado.... ¿Por qué lo encadenan?
No recuerdo haber recibido ninguna respuesta coherente.
Con el tiempo me olvidé del misterio del elefante y la estaca ... y sólo lo recordaba cuando me encontraba con otros que también se habían hecho la misma pregunta.
Hace algunos años descubrí que por suerte para mí alguien había sido lo bastante sabio como para encontrar la respuesta:
"El elefante del circo no escapa porque ha estado atado a una estaca parecida desde que era muy pequeño".
Cerré los ojos y me imaginé al pequeño recién nacido sujeto a la estaca.
Estoy seguro de que aquel momento el elefante empujó, tiró y sudó tratando de soltarse, y a pesar de todo su esfuerzo no pudo. La estaca era ciertamente muy fuerte para él. Juraría que se durmió agotado y que al día siguiente volvió a probar, y también al otro día y el que siguió.
Hasta que un día, un terrible día para su historia, el animal aceptó su impotencia y se resignó a su destino. Este elefante enorme y poderoso no escapa porque CREE QUE NO PUEDE. Él tiene registro y recuerdo de su impotencia, de aquella impotencia que se siente poco después de nacer. Y lo peor es que jamás se ha vuelto a cuestionar seriamente ese registro. 
Jamás, jamás.... intentó poner a prueba su fuerza otra vez.
Cada uno de nosotros somos un poco como ese elefante: vamos por el mundo atados a cientos de estacas que nos restan libertad. Vivimos creyendo que un montón de cosas "no podemos" simplemente porque alguna vez probamos y no pudimos.
Grabamos en nuestro recuerdo: No puedo .... y nunca podré. Crecimos portando ese mensaje que nos impusimos a nosotros mismos y nunca más lo volvimos a intentar.

FUENTE: http://www.renuevodeplenitud.com/el-elefante.html


Encuentra tu Equilibrio Interior
De Anselm Grün 
                Nuestra vida es una continua escuela donde a prendemos a ser personas cada vez más libres con nuestro equilibrio interior. Se trata de conducir nuestra vida por un justo medio que nos lleve a la plena felicidad. Ante esto se  proponen 15 principios:

1.       Permanece abierto a cuanto te acontece pero sigue tu propia estrella.
2.       Asume tu tiempo pero busca tu propio ritmo.
3.       Configura el mundo pero no permitas que te absorba.
4.       Busca la energía interior; que se halla en la entrega, no en el ego.
5.       Asume tu responsabilidad y fomenta las posibilidades  ajenas.
6.       Que no te absorba el trabajo pero haz a gusto lo que haces.
7.       Ama el presente y aprende a vivir con serenidad.
8.       Vive tus propios valores pero no valores ni juzgues a los demás.
9.       Persigue tus propios objetivos pero busca también la paz.
10.   Sé bueno contigo mismo y abre tu corazón a los demás.
11.   Acepta tus propios miedos y transfórmalos en energía vital. 
12.   En la vida no hay sólo días soleados, acepta también las crisis como oportunidad.
13.   Vive tus deseos, porque lo que existe no lo es todo.
14.   Acepta tu finitud pero no olvides que eres infinitamente amado.
15.   Busca incesantemente el silencio.
“El silencio nutre, el ruido consume”
                                Reinhold Schneider