“La obligación que tenemos todos de participar activamente en la formación de los futuros sacerdotes”
Todo el pueblo de Dios debe contribuir en la formación de los que deciden incurrir por el comino sacerdotal. Muy especialmente las familias de los seminaristas, los obispos en sus diócesis, los confesores, los párrocos y los formadores de los distintos seminarios.
Los obispos deben tener el seminario como a la niña de sus ojos. El camino sacerdotal implica un continuo discernimiento, distinguir lo nuevo de lo antiguo. Y todo esto porque Dios no se muda, siempre es actual en toda experiencia formativa. La formación de los futuros sacerdotes tiene que tener en cuenta estos cuatro elementos:
1. Sociedad de transición cultural. Ya nada es definitivo, todo es voluble y relativo. Ante esto el Pastor tiene que tener bien enraizada sus raíces para que ante las cambiantes direcciones de nuestra sociedad se mantenga firme en su misión. Esto conlleva que la formación del seminarista debe ser simétrica, análoga y contemporánea.
2. Poner a prueba nuestras convicciones y compromisos. Cuando nos metemos en la misión sacerdotal nos encontramos ante tantas situaciones que demandan la respuesta de un hombre de fe, por eso el seminarista debe forjar convicciones claras y debe recorrer su propio camino de interiorización.
3. Fomentar el diálogo. Siempre debemos de formar en la libertad que invita al diálogo. Esto nos permite construir bases firmes cimentadas en la convicción de la persona.
4. Educación diversificada y pluralizada. Toda formación y aun más en la formación sacerdotal, es necesario un acompañamiento que se adapte a cada candidato, cada vocación es una llamada particular y personal, y por ende su cuidado merece un trato especial. En este sentido el formador debe ser una persona cercana, que haga un trabajo personalizado y contextualizado de cada aspirante al sacerdocio.
1. Sociedad de transición cultural. Ya nada es definitivo, todo es voluble y relativo. Ante esto el Pastor tiene que tener bien enraizada sus raíces para que ante las cambiantes direcciones de nuestra sociedad se mantenga firme en su misión. Esto conlleva que la formación del seminarista debe ser simétrica, análoga y contemporánea.
2. Poner a prueba nuestras convicciones y compromisos. Cuando nos metemos en la misión sacerdotal nos encontramos ante tantas situaciones que demandan la respuesta de un hombre de fe, por eso el seminarista debe forjar convicciones claras y debe recorrer su propio camino de interiorización.
3. Fomentar el diálogo. Siempre debemos de formar en la libertad que invita al diálogo. Esto nos permite construir bases firmes cimentadas en la convicción de la persona.
4. Educación diversificada y pluralizada. Toda formación y aun más en la formación sacerdotal, es necesario un acompañamiento que se adapte a cada candidato, cada vocación es una llamada particular y personal, y por ende su cuidado merece un trato especial. En este sentido el formador debe ser una persona cercana, que haga un trabajo personalizado y contextualizado de cada aspirante al sacerdocio.
En tiempos antiguos se formaba al sacerdote sólo para presidir el culto y para dirigir una jerarquía de servicio. En la actualidad se debe dar algo más, se debe fomentar la pasión universal por todos los hombres y por la situación de todos los hombres, se debe tener bien presente la dimensión cristológica de la vida y la misión de la Iglesia.
El sacerdote es una persona sacrificada, sabe asumir el camino de la cruz; es un pontífice que hace de intermedio entre Dios y el hombre; es un profeta que anuncia el mensaje de salvación a unas situaciones concretas de la vida humana; y ante todo es un consagrado que es separado para Dios y para cumplir todos sus encargos.
Todo esto implica la ayuda de todos y la superación de la indiferencia de nuestra Iglesia ante el Seminario, que la formación de nuestros futuros pastores sea misión de todos. Contamos con jóvenes que quieren dar una respuesta generosa y debemos comprometernos a brindarles una formación sólida para que en el futuro sean servidores según el corazón de Cristo.
Dr. P. Francisco Antonio Jiménez |
Fuente: http://imagenesdejesusdenazaret.com/imagenes-de-jesus-el -camino-a-la-eternidad.html |