Bioética para la vida
Dra. Elena Lugo
En nuestros tiempos se ha hecho urgente la defensa de la vida, pues existe una gran tensión entre los adelantos científicos y la dignidad de la misma naturaleza. La ciencia y la técnica ha avanzado gigantescamente en el entendimiento de los procesos naturales del nacer y del morir; pero está cayendo en el error de querer modificarlos con fines rentables. En este contexto surge la bioética que intenta defender la dignidad de la persona humana y abre el tema para analizar la vida en toda su complejidad.
Bioética es una palabra compuesta, Bio, que significa vida, haciendo referencia especial a la vida humana; y Ethos, que son los valores que conforman nuestras virtudes.
Bio: Por los adelantos de nuestro tiempo en el campo de la genética, se está cambiando el concepto de hombre entendiéndolo como un conjunto de genes. Con esta idea se está reduciendo a la persona a un simple proyecto de ciencias. En los experimentos actuales como la clonación in vitro, la adopción de embriones congelados, los métodos abortivos, son pruebas de que se está jugando con la dignidad de la persona. También en la medicina se promueven abortos terapéuticos, se pone en duda la alimentación e hidratación artificial, los métodos de control del dolor, y se promueve la eutanacia. Ante todo esto se tiene que crear una conciencia ética que salvaguarde el orden natural.
Ethos: Hoy se plantea que la conciencia se hace; que es una facultad que se va formando. Esto no tiene ninguna razón, pues, la persona desde su concepción contiene la semilla de la conciencia. Lo que la alimenta son los valores y los bienes, que son las aspiraciones y los sueños que nos motivan a todos. Y estos, a su vez, se obtienen a través de principios y normas. En nuestros tiempos estas pautas y acciones varían mucho por la gran cantidad de corrientes que han surgido en la actualidad.
Secularismo: Establece que la religión es algo totalmente privada. Tiene la ventaja de que trata de desligar la política de la religión. Pero olvida que toda persona es en esencia espiritual, que siempre se abre a la trascendencia. Esto da pasa a que se vea al ser humano como un instrumento que tiene dignidad en la medida que produce en la sociedad, éste es el principio que sustenta la eutanasia. También trae consigo la excesiva liberalidad, la cultura del hedonismo, de tener y el hacer.
Cuestionamiento de los valores tradicionales: Se piensa que los valores lo establece cada sociedad y cada individuo según sus intereses. Los valores tradicionales pierden todo su sentido e importancia. Lo que antes se respetaba, ahora se respeta si nos beneficia de forma directa. Esto ha contribuido a que haya más libertad. Pero se quiere mezclar el libertinaje principalmente en el tema de la sexualidad y la libertad de género.
Relativismo: Va de la mano con la anterior al afirmar que no hay valores objetivos ni bienes fundamentales. Todo depende del consenso. Esto contribuye a una mejor democracia, pero es erróneo decir que un simple acuerdo garantice la validez de una decisión.
Pluralismo: Resalta la gran diferencia que existe entra cada persona, cada quien tiene su forma de pensar y actuar, y tenemos que respetar el proceder de cada quien. Esto nos ayuda a ver la riqueza de cada uno, pero no acierta al eliminar los bienes comunes. El ser humano es un ser social, que se debe al otro y sin esa constante relación, no es pleno.
Ante todo este ambiente, la bioética no es una simple opinión, sino que es una respuesta objetiva basada en bienes y principios.
La persona tiene en sí un sin número de cualidades que lo hacen único, con referencia a todo el universo. Tiene dignidad propia, integridad de materia y espíritu, anhelo de trascendencia y plenitud, responsabilidad de vivir conforma a la verdad, etc. El ser humano es una individualidad única e irrepetible, en su interior guarda una sacralidad que lo plenifica, sus relaciones crean vínculos racionales con su entorno y es una subjetividad que esta gradualmente inclinado a la perfección. Esto es lo que defiende la bioética, aún en un mundo que parece ir por el camino contrario.
Juan Ernesto Montero, sdb.